Hay una voz que te acompaña todos los días, no se calla. No descansa, te habla cuando despiertas, cuando dudas, cuando amas, cuando te enojas y cuando tomas decisiones importantes. Esa voz es tu diálogo interno.
Y hoy quiero preguntarte algo muy honesto:
¿A qué te recuerda la forma en la que te hablas?
Durante mucho tiempo creí que la dureza era sinónimo de fortaleza. Crecí escuchando palabras firmes, exigentes, con una energía muy masculina que me empujó a convertirme en una mujer fuerte, rígida, siempre en control.
Funcionaba… hasta que dejó de hacerlo.
Porque esa voz interna, que parecía empoderarme, también me estaba desconectando de algo esencial: mi feminidad, mi sensibilidad y mi capacidad de sentir sin culpa.
Ahí entendí algo clave:
No todo lo que pensamos es nuestro.
Muchas veces repetimos voces heredadas, aprendizajes automáticos, frases que alguien más nos dijo y que adoptamos como verdad.
El miedo no es el enemigo; la parálisis sí
Durante la conversación, Luisa dice algo que, como editora, me hizo detener la grabación mentalmente:
Nuestra forma de hablarnos impacta absolutamente todas las áreas de nuestra vida:
Y entonces aparece una pregunta incómoda, pero necesaria: 👉 ¿Qué tipo de mujer debo ser para merecer el hombre que quiero?
No desde la carencia, sino desde la conciencia.
No para encajar, sino para crecer.
Aprender a pensar antes de hablar, antes de enojarme y antes de actuar cambió por completo mi manera de relacionarme con el mundo.
Empecé a escuchar más allá de las palabras, a leer lo que el cuerpo grita cuando la boca calla, a ser estratégica con lo que siento, con lo que pienso y con lo que digo.
Y, sobre todo, aprendí a expresar lo que siento sin miedo a ser juzgada.
Ese proceso me permitió algo que jamás imaginé:
y encontrar algo que no se compra ni se finge: paz interior.
Este episodio no es una receta ni una fórmula mágica.
Es una invitación.
A escucharte de verdad.
A cuestionar la voz con la que te hablas.
A elegir conscientemente quién quieres ser.
Porque cuando cambias tu diálogo interno, cambias tu vida.
Gracias por estar aquí
Gracias por acompañarme durante todo este año escuchando el podcast.
Tu tiempo, tu atención y tu apertura significan más de lo que imaginas.
Te deseo un Año Nuevo lleno de claridad, crecimiento y metas cumplidas.
Que todo lo que te propongas se haga realidad.
Y que, por encima de todo, sigas eligiéndote cada día.
Escucharte es un acto de amor propio.
Que este episodio sea el inicio de una conversación más honesta contigo misma, donde elijas tus palabras, tus pensamientos y tu camino con intención.
Porque cuando cambias la voz con la que te hablas, cambias la vida que construyes.
Te invito a escucharlo. Te va a mover. Te va a retar. Y quizás… te haga saltar.
3, 2, 1 ¡AL AGUA!
Conversaciones reales sobre crecimiento, propósito y bienestar.
Acompáñame en este espacio donde juntos aprendemos, crecemos y nos inspiramos cada semana.