Una decisión que tomar
He decidido escribir un apartado largo que compartiré con ustedes, el proceso que llevó a decir adiós a una carrera de 17 años de deporte. Es impresionante leer y escuchar a todas las personas que con cariño me han apoyado durante toda esta carrera deportiva y ahora que he anunciado mi retiro del deporte competitivo, me han enviado muchos mensajes de apoyo.
El retiro de un atleta es algo complicado pues hay una escala de sentimientos y cada atleta podrá experimentar sentimientos muy diferentes en este proceso. Es un tema que no se habla mucho y hay mucha oscuridad al respecto pues supongo muchos atletas no les gusta hablar de ello. Gracias a Dios, me siento muy bendecida que mi proceso fue algo muy positivo pero también conozco lo feo detrás de un retiro y quiero abordarlo en esta columna ya que un poco de información, puede ayudar muchísimo a todos aquellos que están pasando por esto. Para ponerlos en contexto, cuando hablamos de un retiro de un atleta profesional, muchas veces se da el caso que el atleta que se retira, no pudo estudiar una carrera profesional por dedicarse en un 100% a sus entrenamientos, que no pudo tener experiencia laboral por estar dedicándose a sus entrenamientos y que la x cantidad de años que dedicó al deporte, lo volvieron un profesional en ese deporte pero sin experiencia alguna para el mundo real.
Este es el caso de la mayoría de atletas y el retiro para un atleta así, es un momento muy complicado. Asumamos que un atleta lleva 20 años practicando su deporte, algo así como yo. Digamos que empezó en su deporte a los 15 años y a los 35 años decide retirarse. Como atleta quizá tenía un muy buen ingreso económico que le permitía viajar, darse lujos, entrenar en un 100% y quizá incluso mantener a una familia, en especial si es un hombre. En ese momento en donde pone fin a su carrera, muchos atletas asumen que muy rápido, gracias a sus contactos, amistades, etc podrán encontrar rápido un trabajo que les pague lo mismo que ganaban como atletas pero la realidad es muy distinta. En ese momento, a sus 35 años de edad, se ven en la posición de analizar la triste realidad en donde no tienen estudios, no tienen experiencia laboral, las instituciones deportivas no tienen plazas de contratación y quizá tampoco un programa de re incorporación al mundo real. El atleta se da cuenta de la decisión que tomó y muchas veces decide regresar a su deporte en un intento fallido y otras veces, no regresan a su deporte y entran en una gran depresión. Según estudios, casi el 80% de los atletas olímpicos que se retiran entran en una depresión al momento de terminar sus carreras. Esto se debe a que no planearon este momento en sus vidas.
Muchos de ellos sin estudios, sin experiencia laboral o sin un plan inmediato de lo que van a hacer al momento de retirarse. Casi el 50% se retira por frustraciones deportivas lo que los deja aún más deprimidos ya que se alejan del deporte que amaron por tantos años y que dedicaron tantos años de una manera brusca. Otros dejan el deporte que amaron en el top de sus carreras, fama, dinero, etc pero no saben que al momento de retiro, mucho de esto se acaba y pasan por una depresion fuerte. Gracias a mis 17 años de carrera como atleta, pude compartir muchos retiros de grandes amigos míos. Tuve el privilegio de aprender de ellos y de poder prepararme para ese futuro inevitable. Me recuerdo mi primer experiencia con un amigo mucho más grande que tomó la decisión de retirarse. El me comentó porque había tomado la decisión y como había sufrido depresión por casi 3 años. No tenía trabajo, aumentó casi 50 libras de peso, tenía problemas de salud, no tenía familia, dinero y muchos menos las ganas de salir al mundo. Yo en este momento, tenía tan solo 17 años y pensaba lo triste que después de ser un atleta exitoso, como podía estar en esta situación. Estas pequeñas experiencias vividas a través de las vidas de mis amigos, conocidos y compañeros, me permitieron definir como quería yo mi retiro y empecé a planificarlo desde que tengo 20 años.
No es fácil pensar en el retiro cuando uno está en un 100% metido en su deporte pero siempre he tenido la mentalidad de evaluar el peor escenario para continuar con mis proyectos. Si yo puedo aceptar el peor escenario, entonces puedo continuar con mi proyecto, de lo contrario, lo dejaré estar y buscare algo nuevo o otro camino para lograrlo. Considero que esta mentalidad me ha ayudado muchísimo y me ha permitido ayudar a otros que están pasando por lo mismo a tomar mejores decisiones. En un principio, nunca dejé de estudiar durante mis años como deportista. Incluso me gané una beca del 100% en USA para representar a mi universidad en competencias y a cambio de esto, me cubrían el 100% de mis gastos en este país. Obvio allí teníamos todo tipo de apoyo y flexibilidad para cumplir ambas responsabilidades al mismo tiempo, algo que sin duda, en Guatemala nos hace falta, aunque ya existen muchas instituciones que sí apoyan. Luego, desde que regresé a Guatemala, empecé a pensar que quería ser cuando no fuera atleta y empecé a planificar mi futuro. A recibir cursos, prepararme, hacer contactos y mucho aprendizaje. Me propuse desde un inicio que yo quería ser igual de exitosa como empresaria de como lo había sido como atleta. Gracias a Dios, siempre he sido muy determinada y esto me ayudó a cumplir mis metas. Desde el año 2012, inicié mis academias de natación Waterproof que hoy en el 2018, tengo 2 sedes, he enseñado a más de 3000 niños a nadar y he construido un programa de calidad en la enseñanza de la natación. Además de esto, luego de nacimiento de mi primer hijo, tome la decisión de regresar a la natación competitiva porque quería demostrar que ser madre, empresaria y mujer, JAMÁS será una limitación si es que esto nos lo proponemos.
En el año 2012, nació mi primer hijo Ian y les puedo decir que este ciclo olímpico, ha sido el mejor de mi vida. Que causó este resultado cuando estaba aún más ocupada? Bueno les puedo decir que NO tenía mis huevos en la misma canasta. Diversifique mis emociones, tiempo y enfoque. Antes mi vida, emociones, tiempo, enfoque, etc dependían en un 100% en mi deporte, en mis resultados de entrenamientos, mis competencias y yo desayunaba, almorzaba y cenaba mi deporte. Pero al tener a mi hijo y mi academia, si yo tenía un mal resultado en el deporte, no me importaba igual. Tenía otras prioridades en mi vida y mi deporte pasó a ocupar el 3er orden cuando antes era mi no.1. Esto me permitió relajarme, a disfrutar esta etapa al 100% y a no bloquearme con cosas poco importantes. En mi negocio descubrí que soy 100% competitiva, al igual que en mi deporte y esa energía la enfoque en crecer, perfeccionar mi negocio y aprender en esta nueva etapa. Pensé que Río 2016 sería mi última competencia a nivel internacional y estaba preparada para esto pero justo 5 meses antes de Río, tuve que tener una cirugía en mi hombro derecho y me dejó fuera de los Juegos Olímpicos. En este momento lo único que podía pensar es que no quería retirarme así pues lo haría por una mala razón y no porque yo estuviera lista. No es como lo había planificado y si en ese momento yo decidía retirarme, me iba a arrepentir el resto de mi vida.
Es así que con mi esposo decidimos tener a nuestro 2ndo hijo Joshua y tomé la decisión de regresar a Juegos Centroamericanos en diciembre del 2017, a tan solo 6 meses del nacimiento de mi segundo hijo. Por Qué tomé esta decisión?? Bueno es fácil. Primero para regresar y buena condición física. No hay forma más fácil de bajar de peso que comprometiéndose a competir por Guatemala y tener que entrenar todos días para cumplir este compromiso. Esto me ayudó a ser constante, a tener una meta clara y a disfrutar nuevamente del proceso. Luego la otra razón era despedirme del deporte dejando un mensaje para todas aquellas mamas que consideran que ser mamas es el fín de una atleta.
Con 2 hijos, 2 academias de natación, familia y otros compromisos, logré entrenar y ganar en Juegos Centroamericanos con tiempos competitivos a pesar de estar solo a 6 meses post parto de mi segundo bebe. Claro que el camino no fue fácil y por ratos, quería tirar la toalla pero si lo hacía, sabía que esto me dolería más en el futuro que el dolor momentáneo del entrenamiento o del sacrificio del momento.
Luego de Centroamericanos, al ver mis tiempos y de haber clasificado a Juegos Centroamericanos y del Caribe, me emocioné y me propuse que esta competencia sería mi última. Es así que desde diciembre del 2017, me fijé una meta y empecé a trabajar en ella. Yo sabía que ganar medalla en estos juegos significaria entrenar como los viejos tiempos dedicando el 100% de mi tiempo a esto así que en un inicio tuve que aceptar la idea que no necesariamente ganaría una medalla. Evalué las posibilidades y si yo podía aceptarlo, entonces seguiría. Me puse a pensar que muchas veces tomamos decisiones basadas en 3eras personas y llegó un momento en que pensaba que si no iba a ganar medalla, para qué quería ir a participar pero luego entendí que el estar allí participando era mucho más importante que una medalla. Empecé a pensar en todo lo que está competencia podía significar para mí y decidí embarcar el camino. Les soy honesta, no fue nada fácil. Los horarios de entrenamiento, trabajo, reuniones, hijos, casa, esposo, compromisos, no fue tarea fácil. En especial mi segundo bebe que seguía despertándose a las 2 o 3am en las noches y a pesar de esto, me levantaba 5am a mis entrenamientos ya que era la única hora para poder entrenar y el resto del día poder cumplir con mi trabajo y demás responsabilidades.
Hubieron llantos, cansancio y momentos de pensar nuevamente si realmente era lo que quería pero nuevamente recordé que posponer el dolor inmediato por la satisfacción a futuro, valía la pena. Que era lo que me motivaba a continuar y llegar hasta este momento? Bueno en principio, serían mis 5tos Juegos Centroamericanos y llegar a este número de eventos era algo importante. 2ndo ver a Luis Carlos ganar su primer medalla de oro y dar así inicio a una hermosa carrera deportiva que le espera, era súper importante. Apoyarlo y estar allí para toda la delegación y disfrutar de este momento fue algo especial. 3ero despedirme de todas las amistades deportivas que año tras año nos encontrábamos en estas competencias y compartimos momentos especiales era importante. 4to poder darle un final a mi mente y hacerlo de la manera correcta, sabía que me ayudaría a asimilar este momento de la mejor manera y así evitar los errores que muchos amigos pasaron y que me enseñaron. Podría seguir contándoles miles de detalles pero en resumen para todos los que me preguntan cómo se siente decir adiós, yo les respondo: Se siente lindo, pues lo hice de la manera correcta y con un proceso pensado. Me siento feliz de todos mis logros y me siento aún más feliz de todo lo que me falta lograr ahora como empresaria. Me siento contenta porque logré disfrutar del inicio de la carrera de jóvenes guatemaltecos que están apenas empezando su carrera y se que van a lograr muchísimo en sus vidas. Me siento feliz porque demostré a muchas mujeres, que ser madre, empresaria y atleta es posible. Me siento contenta que ahora podré dedicar más tiempo a la Comisión de Atletas del Comité Olímpico y transmitir mi experiencia a todos aquellos atletas que van a pasar por lo mismo en un futuro. Estoy comprometida con los jóvenes que tengo en mis academias para dar lo mejor de mí y guiarlos, entrenarlos y enseñarles del deporte más lindo. Estoy lista para dejar las competencias y entrenar la natación sin la presión de una competencia y la felicidad de no volverme a poner una calzoneta de competencia pues esto realmente me lastimaba mi hombro.
Lo más importante de todo es que fue un proceso alegre, disfrutado y planificado. Espero este pequeño artículo pueda apoyar a hacer conciencia de la difícil vida que muchos atletas pasan para tomar la decisión de retirarse y los empresarios que lean esto, puedan estar abiertos a dar plazas a atletas guatemaltecos que nos han representado en Guatemala y se les dé la oportunidad de obtener experiencia laboral a través de sus empresas y darles un trabajo digno. Para terminar mi columna, les dejo un artículo de una medallista olímpica mexicana que no obtuvo esta oportunidad y murió sin este apoyo. No permitamos que esto le pueda suceder a nuestros atletas guatemaltecos e instó a las instituciones a crear un programa de preparación para el retiro. También instó a las escuelas, colegios y universidades a ser más flexibles en apoyos para los deportistas para que estos no se vean en la necesidad de retirarse de sus estudios para cumplir sus sueños deportivos cuando ambos, se pueden llevar perfectamente de la mano con el apoyo de todos. https://www.proceso.com.mx/340337/a-soraya-jimenez-mexico-la-abandono
Nuevamente les digo GRACIAS a todos por ese gran cariño que llevo en el corazón y los invito a mis academias de natación Waterproof. Ya sea para aprender a nadar, entrenar con calidad o desarrollarte como nadador, mis puertas estarán abiertas.